El sexo y sus derivados a llegado a todas las esferas de la vida. En el caso de los juguetes sexuales la anotación anterior es igualmente válida. Sin embargo, no falta quien los utilice de manera incorrecta y allí es cuando encontramos el verdadero problema.
Una de las ideas que algunos toman por cierta es que los lubricantes, de cualquier tipo, pueden funcionar como sistema de anticonceptivo e incluso proteger en contra de enfermedades de transmisión sexual. No lo hacen, además tampoco las transmiten.
Limpieza profunda
Un estudio realizado en Estados Unidos reveló que el 40% de los usuarios de juguetes sexuales creen que los mismos pueden limpiarse en el lavavajillas. Aparte de lo poco higiénico que resulta, estos requieren de más cuidados que los de un chorro de agua y jabón para platos.
Además se ha confirmado que más de algún incauto limpia sus “juguetes” con cera para muebles. Lo cierto es que este compuesto únicamente daña la superficie y provocará en el futuro fisuras donde se acumularán bacterias. Lo mismo sucede si únicamente utilizamos agua. La mejor opción son las toallitas antibacteriales.
Cuándo usarlo
Algunos clientes de sex shops frecuentes han dicho que para mantener siempre listo el objeto les dejan las pilas adentro, el problema es que esto reduce la vida útil de las mismas, lo mejor es retirarlas después de utilizarlo.
Por último, se pueden pero no se deben sustituir por otros objetos como implementos de cocina, velas e incluso verduras. Aunque en los vídeos porno se ven muy bien la realidad es que no funcionan igual, para nada.
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